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Humano, profundamente humano

Nombre: alnacif
Ubicación: Santiago, Chile

viernes, septiembre 30, 2005

Continúo sin entender

Exigimos sinceridad y/o veracidad a la fuente de información empleada en los medios de comunicación, pero cuando ésta nos lo da desplegamos nuestro morbo.
¿Por qué un simple chisme del corazón se convierte en un fenómeno comunicacional?

domingo, septiembre 25, 2005

EL PODER PURO

El poder es un elemento perteneciente a la sociedad, y por cierto con bastante participación en nuestras democráticas sociedades.
Conocer académicamente al poder como poder, como ejercicio puro, como práctica pura, con sus pro y contras, su manera de generarse, su modo de tomar desiciones, su propiedad adictiva, su manera de generar más y más poder, su capacidad de corromper, etc.
De hecho, sospecho, que muchos estamentos sociales, en contra de sus principios éticos, se ven obligados a participar en el mercado de la droga por la Cuota de Poder y no por dinero que ya lo tienen. El poder que genera la comercialización de droga es tan grande que aplasta a todo otro poder.
Estuve en el auropuerto ayer viendo a los perros olfateando pasajeros y maletas, son verdaderos mercenarios del Poder de la Droga: evitan el tráfico hormiga. El tráfico hormiga hace bajar los precios probocando gran daño al Poder de la Droga.
Tengo la impresión que hemos analizado en demasía los ismos, y falta desenmascarar al Poder puro, abstracto, el lugar común de todo Poder.
Me produce temor no tener un análisis del Poder sin filtros, un análisis del lugar común del Poder Político, Poder Eclesiástico, Poder Financiero, Poder Económico, Poder Militar, Poder Cupular, Poder Gerencial. Hay, presumo, desconocimiento generalizado de la relación entre el Poder y el hombre.
El poder es como el humo, todo lo penetra, y su hábitat ideal es la democracia.
¿Quién podrá defenderme?

Útil

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Neologismos

Las palabras existentes conducen el pensamiento hacia conceptos ya existentes.
Por este motivo expresar una nueva idea o concepto se hace difícil, siendo casi imposible.
Inventar una palabra para estos efectos aparenta ser lo más adecuado, pero tiene el grave inconveniente de no tener "eco interior", es decir, quien lee no tiene evocación conceptual diversificada -proceso fundamental en la comunicación- y no le "resuena" el nuevo vocablo en su interior. Cuando escuchamos "puerta" son muchas puertas que se gatillan en nuestro psiquismo: puerta abierta, puerta cerrada, puerta grande, portazo, puerta roja, puerta del cielo, puerta de entrada, portón, puertecita, etcétera; conformando éstas una resonancia interior que entrega, en último término, un profundo y completo "significado" del simple morfema puerta.
Sin embargo, para construir un neologismo, está el recurso de utilizar palabras ya existentes unidas por guion, recurso utilizado en ontología.
El proceso de creación de una nueva palabra es, conjeturo, en ontología, tremendamente doloroso para el autor.
En resumen, el autor después de un largo y tortuoso recorrido sobre lo ya conocido llega a la frontera del conocimiento y desde allí da un paso más allá logrando tomar, en un instante de visión, un nuevo concepto o idea. Posteriormente al tratar de expresarlo aprecia, con frustración, que no dispone de las palabras necesarias y que, además, está sometido al proceso de reducción conceptual propio del lenguaje.
Sea cual sea su descubrimiento, primeramente tiene que reducirlo a concepto para luego vaciarlo al papel y someterlo al entendimiento y la aprobación.
Con dolor, imagino, abandona la lengua materna y en un acto de valentía propone un nuevo vocablo.
El único deseo del autor es que el lector no caiga en la significación de las palabras utilizadas y, en contrario, se dirija a su nueva, la del autoer, proposición conceptual, es casi un acto metalingüístico. Por tanto requiere del lector una actitud nueva: la de descubrir en sus propios términos, los del lector, lo representado por el autor.
No existe la percepción e intelección foránea -nadie puede entender por mí- y por tanto con mis propios términos, y sólo con ellos, he de reducir el neologismo propuesto a concepto.
La unión de palabras con guion las he visto como un acto poético o como un neologismo de carácter nominal, y nunca como un burdo malabarismo lingüístico con el propósito de deslumbrar a neófitos, y es por esto que lo considero un acto creativo que requiere un profundo respeto hacia su autor.
Usar palabras unidas con guion es uno de los pocos actos creativos del español, considerado como un idioma "rígido", y nos estamos llenando, en consecuencia, de nuevos vocablos en otros idiomas.
Pero en definitiva ¿Es nuestra lengua española la rígida o somos los hispanosparlantes los intolerantes?

lunes, septiembre 19, 2005

EDUCAR O APRENDER

Los verbos tienen un sujeto en quien recae la responsabilidad de la acción.
Por una causal cultural -y por cierto, como tal, es desapercibida ante la primera mirada- nuestro idioma tiene varios verbos que mal asignan la acción.
Un ejemplo de asignación errada de responsabilidad está en la transmisión cultural entre semejantes, que asigna erradamente la totalidad de la responsabilidad en quien educa.
Al denominar Ministerio de Educación, se focaliza, con este singular hecho, la acción intitucional en el educador, descuidando indebidamente la acción que debe desplegar el aprendedor. Debiera denominarse Ministerio del Conocer y Aprender, y la responsabilidad de la acción en la transmisión cultural entre semejantes recae en el aprendedor
Cuando aceptamos culturalmente que la misión de transmitir cultura recae en el aprendedor, cambia todo. El alumno siempre aprende, es parte del motus animi continuus (movimiento continuo del alma), y el profesor intercepta y conduce el aprendizaje.
Al cambiar el foco, cambian las respuestas de: ¿Dónde, cómo, quién, cuánto, para qué aprende?
Del dónde sabremos interceptar su atención apropiada y debidamente, del cómo sabremos ocupar un lenguage acertivo, del quién nos revelará sus necesidades y reqerimientos, del cuánto sabremos...
En definitiva más empatía.
Cambiando el nombre al Ministerio, cambiaremos la percepción del proceso, cambiará el sentimiento del aprendedor. Sentirá el cuidado.
La cultura finaciero-materialista ya ha percibido la importancia de esta visión y ha evolucionado con importantes cambios, centrando su acción en el cliente.
No estoy diciendo clientelizar a los alumnos. El clientelizar es una relación de intercambio que sería perversa en el aprendizaje.
Pero el alumno ve un trato más cercano en las multitiendas que en el profesorado, y este hecho es contradictorio. El profesorado, en defensa, dice que hay tantas cosas que distraen a los alumnos, que se hace difícil educar.
Creo que es una débil y falsa defensa, y sólo demuestra la incapacidad de "saltar" hasta el mundo del aprendedor y generar un habla desde allí.
Falta mucho para poder pararse dentro del mundo del aprendedor y hablar desde allí.
El mundo del Ministerio de Educación pertenece al profesor y se relaciona con él.
El mundo del Ministerio del Conocer y Aprender pertenece a quien aprende y se relaciona con él y lo interpreta.